La Princesa Mixnumbox - Leyenda

 Reminiscencias Trujillana

Por el Lic. Pedro Soto Ortíz (1973)

CARACHE, uno de los siete Distrito que conforman el Estado Trujillo, es un pueblo de extraordinaria belleza natural. Situado a orillas del río Mixnumbox, las altas Serranías que lo circundan y la constante y agradable temperatura, hacen del valle un remanso cautivador.
Al llegar allí, nos da la impresión de habernos alejado de la civilización, la paz y la tranquilidad nos brindan un bienestar espiritual muy pocas veces sentido, al contacto con los habitantes disfrutamos de una familiaridad desconocida en las grandes ciudades. La amigabilidad de sus gentes nos hace sentir como en nuestra propia casa.
Tanto los amaneceres como los atardeceres sin indescriptibles, el juego de la luz y de la sombra viste al horizonte con la policromía de los celajes y la brisa paramera nos envuelve en sus caricias.
EL aire puro y transparente nos deja ver por las noches en el azul lejano, miríadas de titilantes estrellas, que brindan, como dijo el poeta "inolvidables noches de diamantes".
Al este las empinadas faldas del Mupí, a cuyo pie, corren las cristalinas aguas del río, al Oeste las Lomas de: Bonilla, San Juan y la Conchera. Al Sur el Páramo de Cendé, tierra desolada, en donde el frailejón en una pincelada azul en el horizonte y la mapora semeja una legión de fantasmas vagando por las Rosas, de imponente belleza paisajísta, en sus faldas y hondonada se asientan prósperos caseríos de vida sana y rica agricultura.
En su cima constantemente azotada por un viento helado y una fina escarcha es peligroso permanecer largo tiempo y es precisamente allí donde se comienza la tradición que ha pasado de boca en boca y de generación en generación.
Cuento y leyenda, mezcla de historia y fantasía que oímos en las largas noches campesinas, al calor del hogar; enriquecidas por la mente febril de los abuelos:

La Princesa Mixnumbox
Una princesa indígena de nombre Mixnumbox, reina de antiquísimas tribus, al ver que sus súbditos que morían de sed por mandato de Mimbú, el Dios del mal, caminó hacia el norte, durante muchas lunas en busca de una fuente , que aliviara la calamidad de sus tribus; al llegar a la cima, imploró a Chés, el Dios del Bien y le ofreció el sacrificio de su vida a condición de que venciera el maleficio de Mimbú; Ches la oyó, mandó al Dios del Viento para que barriera la cima y transportara hasta él a la princesa y mandó a las nubes que depositaran sus cargamento líquido en las profundas cuencas que el Dios del Rayo había abierto en la cima.
Todo hubiera salido bien pero Mimbú era fuerte y desvió el viento del lugar en que se encontraba la princesa, enojado Chés por lo que creyó una desobediencia de ella, los sepultó a los dos y los cubrió con las hojas de los árboles cercanos, allí les ordenó vivir en el misterio por los siglos de los siglos, cubiertos de hojas siempre verdes, quien sr acerque a este lugar a perturbar la paz, con gritos o con piedras, provocará de inmediato la lluvia y deberá ser perseguido por la laguna hasta que perezca en ella.
Los naturales le tienen verdadero pavor a esta laguna, es muy difícil convencerlos para acercarse a ella. La fantasía de los moradores de la región ha tejido una verdadera valla de cuentos que sobrecogen el espíritu.
Dicen que en las noches de tormenta, un caballero en brioso corcel sale del fondo de la laguna, recorre los caminos y visita las casas de los alrededores, quien tiene la desgracia de verlo, morirá luego y su espíritu es condenado a vivir en la laguna de hojas. El caballero dizque es uno de los hombres blancos que llegaron de lejanas tierras y al enterarse por los naturales del misterio de la laguna, quizo descubrirlo y se hundió en ella.
EL caminante que se aventura a cruzar la cima rumbo a Jabón, en las noches de luna llena, es escoltado por un sacerdote, a quien nunca alcanza y permanece siempre a la misma distancia en todo el trayecto; dicen que este, al querer comprobarle a los naturales la falsedad de la creencia se ahogó en la laguna.
Convencido Chés, que la desobediencia de la princesa se debió a Mimbú, los separó, dejó a éste, prisionero en la laguna llena de hojas. Pasó a la princesa cautiva a la laguna encantada; dechado de preciosidad en el Páramo de las Rosas, a la orilla de esta laguna de agua transparentes, se oye música, ruidos extraños y el murmullo de lejanas conversaciones, para los indígenas de este lugar fue sagrado, residencia de la diosa Mixnumbox, princesa bienechora que llora constantemente la desgracia de su pueblo y cuyas lágrimas alimentan el río que cruza el valle, al que los indios llamaron Mixnumbox. El culto a esta Diosa llegó hasta 1.713, fecha en que fue destruido por los españoles en el Auto de fe y reemplazado por el de San Juan Bautista, patrón de la Ciudad. Chés no solamente castigó a Mimbú, recogió todos los espíritus del mal causante de las calamidades de los indios Caraches y los sepultó en las aguas de la laguna negra lugar tenebroso, al que los indios jamás se acercaban y que según la creencia popular de fuente de maleficios , sus aguas eran utilizadas para actos de brujería.

En la heredad de los indios Caraches se celebraban las fiestas patronales en Honor a San Juan Bautista; del 20 al 28 de Junio, fiestas muy lúcidas por la variedad de los espectáculos, toros coleados, juegos de cintas, piñatas para chiquillería, piñatas conjuntos folklóricos y otras actividades relativas a la celebración.

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